viernes, 4 de julio de 2014

Río

Navegando en el inmenso río del tiempo,
soñar mientras despierto, 
después de pisar la tierra firme
en cada puerto.

Con el breve aliento y la mano tensa,
con el último suspiro del deseo,
con la mirada perdida en el tiempo,
con las palabras truncadas
por el silencio.

Como el anhelo agónico,
con la necesidad que apremia,
en el afán de supervivencia,
Río.

Río de Amor y de Oro,
de esperanza y claridad,
de la certeza de la muerte,
de ningún mañana,
de ningún jamás.

El Río representa el fluir eterno de la vida, la vena abierta de la exhuberante diversidad. Su sangre es nuestra sangre, la misma que nos hace y nos informa. Una palabra de amor para él, es para nuestra escencia. Ningún esfuerzo es mucho para cuidarlo, ninguna palabra nuestra abarca su presencia. Río en toda su extensión: a lo largo, a lo ancho, en lo profundo. Su canto nace de las entrañas de la Tierra. Cantemos con él a la majestuosa naturaleza.

Por que te cuido Río. 
Por que te Amo Río. 
Por que te bebo, Río. 
Por tí, por los hijos de la Tierra, Río. 
Por nuestro cuerpo bañado en tu hermosura, Río.

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